GASTRONOMIA

domingo, 8 de enero de 2012

INAMOVIBLES SUEÑOS-LITERATURA MEXICANA por Ileana Garma


Las letras yucatecas en voz de sus autores, gracias a un nuevo proyecto de la Catarsis Literaria el Drenaje


El objetivo que persigue la Catarsis Literaria El Drenaje, es impulsar los nuevos valores de la creación artística, en este sentido, el proyecto “Inamovibles Sueños”, busca plasmar la idea que los artistas jóvenes yucatecos, de todas las disciplinas, tienen sobre el papel del creador en la sociedad y al mismo tiempo homenajear la labor de estos jóvenes creadores. El proyecto es una memoria de las opiniones y el trabajo de los artistas, realizada a partir de entrevistas. Este material se presentará en breve en formato digital. Por ahora un adelanto de las letras yucatecas:
Carlos Martin Briceño
Narrador Yucateco que piensa que el cuento es la forma más sincera de acercar a la gente a la literatura, porque según este artista, el cuento atrapa, el cuento funciona, el cuento sirve para acercar a la literatura al que no quiere leer, “la narrativa tiene más conexión con el lector”. Para Martin Briceño, la poesía es en cambio para espíritus más idealistas o para personas con mayor sensibilidad que el lector común.
Carlos Martin, entra al mundo de las letras desde muy joven, y nos dice: “Yo recuerdo que prefería que me regalaran libros en navidad a que me trajeran juguetes”.  Reconoce que como lector, su influencia principal fue su hermano¸ “creo que mi hermano era un hombre adelantado para su edad y a su época. El compró a los artistas del Boom, mucho antes de que se pusieran de moda, él me dio a leer a William Faulkner, a Albert Camus, a muchos escritores de moda en el siglo XX, a una edad en la que quizá yo era demasiado joven para leerlos.”
Finalmente Carlos Martin, señala “Yo siempre he dicho que para ser escritores se necesitan tres cosas, en primer lugar mucha lectura, un escritor que no lee no va a escribir de nada, porque ya todo está escrito. En segundo lugar tiene que haber técnica, y la técnica, hoy puedo decirte que se aprende en los talleres, y en tercer lugar, se requiere cierta dosis de talento.” 
Roberto Azcorra Cámara
Este cuentista yucateco, al igual que Carlos Martin, cuenta con un título en la reconocida editorial Ficticia. Azcorra Cámara, estudió ingeniería industrial, pero la literatura autodidacta ha formado parte de su vida desde los 18 años. “Yo recuero que mis primeros libros fueron las versiones de las mil y una noches que sacó Vasconcelos y que mi mamá tenía por ser maestra y también leía las historietas que publicaban literatura, pudiendo leer otro tipo de historietas.”
En cuanto a las actividades culturales de la ciudad, el cuentista dice que los locales no van a las obras de teatro, ni a los conciertos ni a las presentaciones. Es la mezcla con los que vienen de fuera lo que hace posible que haya consumo cultural. “Siempre ves a la misma gente, o son amigos del artista o la gente que sabe que hay un coctel gratis. Pero en el día a día la gente que va a los eventos culturales es muy poca.”
Ante esta situación el autor de “Disparados a la luna”, declara “siempre he creído que la labor del escritor es escribir, pero creo que en estos momentos en que los sistemas de comunicación son bastante rápidos, en que los niveles de comunicación son altamente tecnológicos y de punta, creo que sentar a un escritor a escribir únicamente, ya está desfasado. Yo creo que tenemos que avanzar, y no es el hecho de motivar como merolicos para que compren los libros, sino que la motivación debe ser una provocación al lector.”
Fernando de la Cruz Herrera
Poeta yucateco que señala que escribe poesía porque la poesía es lo que le sale bien, pero que ha transitado de un estilo, de una manera de escribir poesía, a otro. “Por ejemplo, he transitado del poema breve de corte experimental, sobre todo en mis inicios, al poema que explora temas de forma lírica y ahora he brincado al poema narrativo, y al poema de tono satírico y de tono conversacional”, nos dice.
Para Fernando de la Cruz, la obligación de un artista es hacer buen arte, “y buen arte lo mejor que pueda, pero esa medida de lo mejor a donde una puede llegar, se va ampliando con las lecturas.” En cuanto a la postura ideológica que un autor tenga con respecto a la sociedad, el poeta cree que la obligación es simplemente serle fiel a la postura asumida, pero añade que se vale que cada quien tenga la postura que desee.
Fernando piensa que el trabajo del artista, en un México como el de hoy, sí incide, aunque él no lo quiera o no se percate de ello. La incidencia del artista tiene que ver con la lectura que se tenga de su obra. El fin inmediato del arte es el impacto a la sociedad, en el caso de los poemas, al ser leídos. Este impacto da o debe dar inicio en el momento histórico para el que fue escrito el poema.
La meta de Fernando de la Cruz es hacer buenos poemas, que estos  le lleguen al lector, que impacten en la sociedad y que provoquen cambios. Un cambio en el lector, que aprenda a reírse de las ridiculeces de esta sociedad y que se dé cuenta de que él participa de esas ridiculeces, que se ría de sí mismo y que abra los ojos para que se dé cuenta de que vivimos en la ridiculez y en la comicidad. 

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